Opale. Navegando por diversos lugares empecé a leer cosillas sobre "El Anillo Único", el creo tercer juego de rol basado en la obra del profesor Tolkien que se conoce. Mi primera reacción al ver este libro fue "Prrtttttzzz... ¿Tolkien?" Bueno, realmente fue "Joder que libro más bonito, Prrrrttttttzzzzz.... ¿Tolkien?"
Creo que muchos me entenderéis cuando digo que mi reacción tendría que haber sido algo más parecido a "Prrrttttzzzz... ¿Peter Jackson?" pero el primer y grandísimo acierto del señor Nepitello fue mandar al carallo toda referencia cinematográfica posible, teniendo en cuenta que a la salida del juego las películas del hobbit comenzaban su estreno, esto es tener pelotas. Y me gustan las pelotas, oh sí.
Es uno de esos juegos que la ambientación y las reglas son indivisibles. El juego es divertido y sencillo, tiene buenas ideas, un buen planteamiento editorial... pero básicamente juegas a vivir historias de Tolkien. Ese es el objetivo primero y final del tomo de Cubicle 7, por encima de todo lo demás. ¿Hubiera sido más guay meter magia, un bestiario más variado y armaduras de placas? Sí, pero no sería Tolkien. No es un juego de mazmorrear en el que mazmorreas en Moria y ya está... Es jugar a Tolkien, como en el otro caso jugábamos a Lovecraft. Desde su planteamiento de largas y ominosas campañas, su sistema de viajes que es bastante más denso que el sistema de combate hasta la habilidad "fumar", el juego exuda Tolkien por todos los sitios. No va a arruinar mi pasional matrimonio con Clásicos del Mazmorreo, pero es de esos juegos con los que fantaseo una noche loca.
Pero entonces... después de Carcosa, después de "A red and Pleasant Land", después de incluso Ravenloft o Warhammer, la era Hiboria, Nehwon o hasta los reinos peninsulares en Aquelarre... Despues de todas las fumadas de escenarios lisérgicos que brotan alrededor de Clásicos del Mazmorreo...
Os voy a pedir algo que quizás es difícil... Olvidad las pelis de Peter Jackson. Vamos a olvidarnos de sexy Aragorn, de moñas Frodo, de Star Wars Isengard, de sexy Thorin y de Legolas Surf Freestyle, sexy.
Estamos en 1937, con el fascismo a tope en europa, y Tolkien acaba de publicar el Hobbit porque es un friki vintage. Lo escribe para sus hijos, para uso personal, como producto de su pasión por la mitología y su condición de filólogo. Tenemos pues entonces en la mesa este libro que no deja de ser un sencillo cuento de aventuras pero que en 1937 era tan imaginativo y revolucionario en fondo y forma que lo petó.
No entraré en reseñas ni en debates sobre su sistema, sobre si es el mejor juego de Tolkien o no, porque hay muchos documentos audiovisuales en la red que ya han hecho esto y que se limpiarían el culo con mi blog. Pero sí comparto mi conclusión final, que tras devorar todo el material de la línea como un poseso es:
"El Anillo Único es a Tolkien lo que La llamada (o el Rastro) de Cthulhu es a Lovecraft"
Es uno de esos juegos que la ambientación y las reglas son indivisibles. El juego es divertido y sencillo, tiene buenas ideas, un buen planteamiento editorial... pero básicamente juegas a vivir historias de Tolkien. Ese es el objetivo primero y final del tomo de Cubicle 7, por encima de todo lo demás. ¿Hubiera sido más guay meter magia, un bestiario más variado y armaduras de placas? Sí, pero no sería Tolkien. No es un juego de mazmorrear en el que mazmorreas en Moria y ya está... Es jugar a Tolkien, como en el otro caso jugábamos a Lovecraft. Desde su planteamiento de largas y ominosas campañas, su sistema de viajes que es bastante más denso que el sistema de combate hasta la habilidad "fumar", el juego exuda Tolkien por todos los sitios. No va a arruinar mi pasional matrimonio con Clásicos del Mazmorreo, pero es de esos juegos con los que fantaseo una noche loca.
Pero entonces... después de Carcosa, después de "A red and Pleasant Land", después de incluso Ravenloft o Warhammer, la era Hiboria, Nehwon o hasta los reinos peninsulares en Aquelarre... Despues de todas las fumadas de escenarios lisérgicos que brotan alrededor de Clásicos del Mazmorreo...
¿Por qué volveríamos a jugar en la Tierra Media, con todas las letras?
Virgen santa. Es una expresión, no me refiero a él.
Estamos en 1937, con el fascismo a tope en europa, y Tolkien acaba de publicar el Hobbit porque es un friki vintage. Lo escribe para sus hijos, para uso personal, como producto de su pasión por la mitología y su condición de filólogo. Tenemos pues entonces en la mesa este libro que no deja de ser un sencillo cuento de aventuras pero que en 1937 era tan imaginativo y revolucionario en fondo y forma que lo petó.
En 1937 leer algo como el Hobbit era difícil. Había fantasía por supuesto, pero era fantasía AT (Antes de Tolkien), el profesor nos gusté o no cambió las cosas para siempre. En 1937 podías leer a auténticos colosos como Howard, Lovecraft, Lord Dunsany, a los románticos, a Cervantes, mitología europea... pero así como Lovecraft cambió el horror para siempre, Tolkien hizo lo propio con la fantasía.
¿Más o menos merecido que Howard? Tolkien era un filólogo y un reputado caballero británico héroe de la primera guerra mundial y Howard era el hijo raro de un querido médico rural de la Texas profunda con una madre enferma de tuberculosis. El siglo trató mejor a Tolkien, desde luego... no voy a discutir que autor era mejor o más erudito, pues me encantan ambos. Lo que sí creo es que Howard merecía y merece más atención.
Pero es 1937, eres un zagal británico de acomodada familia que estudia en un internado masculino de la profunda Escocia y un compañero te presta un libro:
* El libro nos da la bienvenida con un mapa y un texto rúnico. Sin siquiera empezar a leer ya estamos escudriñando el mapa e intentando descifrar las runas.
* Dragones.
* La promesa de un tesoro descomunal.
* Un simpático protagonista, nada heroico en apariencia. Tiene pelo en los pies.
* Un mago.
* Trece enanos, como los de blancanieves. Llevan simpáticos gorros de colores.
* Trols, se convierten en piedra.
* Espadas mágicas.
* La criatura Gollum.
* Elfos.
* Orcos y trasgos, los malos definitivos.
* Cuervos que hablan.
* Águilas gigantescas.
* Arañas gigantescas.
* Un nigromante.
* Una gema que vale más que el tesoro real.
* Un anillo que te hace invisible.
Y así podría seguir y seguir. Estoy releyendo el Hobbit y mi desbordante imaginación y limitadísima memoria me permite hacerlo sin que me vengan las imágenes de Peter Jackson a la cabeza. Y haciéndolo no puedo dejar de pensar que estamos ante un juego interesantísimo, por las siguientes razones que os expondré como simples reflexiones y opiniones.
- Las Tierras Ásperas son un escenario post-apocalíptico:
Una reflexión parecida hizo el buen Carlos de la Cruz con Eriador. El escenario donde se juega EAU es un mundo próspero, sí, pero tras un desastre total. Es un mad max altomedieval con orcos en vez de punkis incestuosos, ruinas antiguas, valles olvidados y bosques profundos. No estamos ante un desastre nuclear... si no tras un desastre "Guerra milenaria contra una inteligencia abismalmente malvada que no es de este mundo y de paso un Dragón gigantesco que al morir aplastó una ciudad joder".
En el propio juego se explica que se pueden viajar meses sin encontrar a nadie que camine con dos patas, que Esgaroth tiene tan sólo 1000 habitantes y es un importante centro de comercio, y se insiste y se vuelve a insistir sobre la despoblación y bella desolación del yermo.
Algunos ven esto terriblemente negativo, nada más lejos. Es un lujo: Los jugadores podrían ser los ÚNICOS AVENTUREROS en la campaña. Una ciudad con 1000 habitantes no se puede permitir mandar tropas y mensajeros a todas partes. Un grupo de seis valientes es pues, una gran fuerza. Y nos permite centrarnos en una narrativa de jugadores VS entorno, al usar los npcs con cuentagotas. Los npcs consumen muchos recursos y carga de cpu del pobre máster.
Odio las partidas con diezmil personajes no jugadores... En Esgaroth la hermosa muchacha que lava la ropa en la fuente es quizás la más bella de la ciudad. Los mejores hombres del rey Bardo pueden ser dos buenos amigos suyos con nombre y apellidos. Y si oyes hablar de un buen guerrero enano es probable que sea uno de los que acompañó al buen Bilbo y sobrevivió.
En las aventuras urbanas en metrópolis llenas de millones de npcs siempre pasa lo siguiente: Tus jugadores se vuelven perezosos y preguntarán todo tipo de gilipolleces a todo tipo de npcs de mierda. A los taxistas si hace falta, que se conocen la ciudad. En mis máscaras de Nyarlathotep, tuve a mis jugadores obsesionados más de una vez con un personaje no jugador que había tenido que sacar de la manga, por ejemplo.
- Los orcos son unos bastardos hijos de mil meretrices cojas:
¿Orcos? Ah... les ataco. ¿Cuántos px dan?
Si ponemos un capítulo de Vikings, vemos a los Vikingos saquear, quemar, violar, drogarse, violar, quemar, mutilar, descojonarse, copular, quemar, sajar, hendir. Los vemos atar a un cura a un árbol y coserlo a flechazos de risas, los vemos amputar un brazo porque el ángulo en el que estaba era una mierda, los vemos quemar un monasterio, violar a una esclava antes de subir al barco y mil cosas horribles más.
Ahora saca de los Vikingos el amor por su familia, por su patria y su gente y su estilo de vida. El respeto por un buen enemigo, el amor por la artesanía, por el vino, el hambre y las ganas de una vida mejor, el sentido común de rendirse a tiempo, de negociar y ceder cuando hace falta. Sacamos también que son bellos y brutales hombres y mujeres del norte.
En lugar de todo lo anterior ponemos ODIO. Odio del que bulle en las entrañas, del que te revuelve el estómago, hace que te palpiten las sienes, te tiemblen las rodillas, te rías nervioso y la boca te sepa a hierro. Lo único además de odio a todo lo hermoso de la creación es un miedo indecible a aquello que los parió. Todo esto en un cascarón deforme, burlesco, renqueante y apestoso, con fuerza descomunal y talento para la guerra.
El odio de los orcos es algo fuera de lo humano, incognoscible. Como humanos podemos concebir las barbaridades que se hicieron en nuestras guerras, pero las crueldades absurdas e insólitas de los orcos deberían de escaparse de la mente del monstruo humano más megalómano. Un doctor nazi puede cometer verdaderas atrocidades humanas por lo que en su cabeza es el avance de la ciencia, por fe ciega en su partido o por pura ignorancia... un orco puede cometer esas mismas atrocidades porque se aburre, o porque le apetece.
Corre
Conseguir que los jugadores respeten, teman, detesten y aborrezcan a los orcos sería un éxito para todo director de EAU. ¿Que harán ante tal despliegue de crueldad?
- El bosque negro es el megadungeon más horrible al que tus jugadores se enfrentarán jamás:
Como se explica en los libros: Sin agua, sin luz, sin comida, sin aire puro, sin esperanza, sin vida, etc. El bosque negro no es un bosque mágico con unicornios. Es una puta locura. Es el ojete de Shub Niggurath.
Es un megadungeon de 600km2 en el que sólo el hecho de viajar por él te invadirá de desesperanza y locura hasta que mates a tus compañeros, te suicides o te mueras de hambre. Donde el aire es poco más que las emanaciones de un lecho de hojas podridas, musgo y hongos. Donde la escasa luz juega malas pasadas distorsionando las cortezas en formas horribles.
Donde el silencio sepulcral rodea un océano infinito de raíces y hojas oscuras... podrías pasar semanas dando vueltas en círculos, estar bajo tierra sin darte cuenta.
Ni los orcos se aventuran en el bosque negro. Y cuando no mueras por pura acción del bosque, es probable que sean las propias hijas de Ungoliant, horrores arácnidos abotargados y silenciosos, las que te den caza o te vuelvan locos con su propia presencia. Las profundidades del bosque negro podrían ocultar seres tan ocultos como la propia tierra, o reinos antiguos enterrados en sus rancias entrañas.
El único bosque con tarta y grupo de metal propios
Los jugadores deberían entender que entrar en el bosque negro es morir y ya está. ¿La tumba de los horrores? ¿Bajomontaña? Por lo menos tenían pasillos.
- La magia, monopolio del máster:
La tierra media es un lugar de magia dormida y antigua. No hay bolas de fuego ni curar heridas leves. Tan sólo hay unas cuantas habilidades mágicas muy sutiles para ciertos personajes, que más sirven como chucherías que como auténtica hechicería. Si bien me encanta la brujería y todo lo que supone en manos de los jugadores, en este juego sucede algo genial: No hay reglas para la magia.
La magia es todo aquello que al máster le guste sacarse de la manga para bloquear una puerta, encantar una espada, o inventarse cualquier cosa. Salvarles el culo a los jugadores o fulminarlos con un Nazgul. Es una herramienta maravillosa en manos del director, que bien usada puede obrar maravillas y darle un gran sabor Tolkieniano al conjunto.
Recordemos que según el libro Glorfindel había regresado de los muertos, cuando no se comenta nada más sobre resurrección o nada parecido en el resto de la obra. Lo que me lleva al último punto:
- Los hombres gusano del último desierto:
"Tell me what you want done, and I will try it, if I have to walk from here to the East of the East and fight the wild Were-Worms in the Last Desert"
-Bilbo Baggins
Estos seres son mencionados de pasada por Bilbo en una conversación con Gandalf en el capitulo "Una tertulia inesperada". Para él parecen una leyenda, tanto como lo eran elfos y dragones, ojo. Recapitulando: Sam jamás había visto elfos, Faramir más de lo mismo con los Hobbits. Se conoce que son cinco los magos enviados a luchar contra la sombra, y se presume que Smaug el magnífico era el último gran dragón, un uruloki, para ser precisos.
Pero si existen los hombres gusano del último desierto, que parece más un título de la Weird Tales que algo escrito por Tolkien, ¿Por qué nos vamos a amargar la vida con un canon que no sea el de la SGAE? "Hay cosas más viejas y horribles que los orcos en las profundidades del mundo" Dijo Gandalf, a partir de ahí... no hay límites.
La tierra media tiene que permanecer como un lugar extraño, con mil capas de misterio absoluto. Tolkien pensó en los hombres gusano del último desierto. Tolkien menciona a ogros en el Hobbit, que luego no vuelven a salir. Tolkien metió un horror tentaculado en Moria. Todo esto quiere decir que podemos/debemos quitarnos esos tapujos del canon y hacer de la tierra media un lugar nuestro.
Hombre gusano según Angus McBride
Se debe y se puede reinventar la tierra media. Bakshi la imaginó de una manera, Jackson de otra, y cuando hagan los remakes en 2020 se la imaginarán de otra. No podemos tener nosotros más miedo a cortar y pegar de la obra de Tolkien que los Papas con la Biblia, que actualizaban el catolicismo al 2.0 como los drivers de Nvidia.
Este "El Anillo Único" es la mejor oportunidad que he visto en años para liarse la manta a la cabeza, y en manos de un buen maestro del saber con el libro del Hobbit bien cerca, redescubrir el trabajo del profesor, y olvidarse de esa foto de Legolas para siempre.