1.
Los
comienzos.
Opa ahí. Debía ser el año 2000. Yo
contaría con unos 13 o 14 inviernos, pero inviernos en Ferrol, así que serían
unos 45 inviernos normales. Daban el Informal, “The Matrix” arrasaba (y por desgracia
las gabardinas de polipiel también) y el Baldurs Gate 2 era mi juego favorito. Las
pelis del Señor de los Anillos y la tercera edición de Dungeons & Dragons
se perfilaban en el horizonte.
Todo aquello fue aderezado con
cómics y vinilos, vestigios de la juventud de nuestros padres, y libros de Luis
Royo. Qué desmadre. Fue como si Gary Gigax y Hulk Hogan se hubiesen fusionado
en un monstruo informe, friki y súper cachas, para esculpirme a ostias hasta
convertirme en quien soy ahora. Mi grupo de colegas alternaba las tardes en el
ciber jugando al Counter Strike, partidas de rol con merienda incluida y algún
Warhammer ocasional. Y yo dibujaba y
tocaba el bajo durante horas.
De todas las partidas que
jugamos, de todas las mazmorras que despejamos y de todas las historias que nos
llevaron a morir o triunfar en profundos agujeros olvidados, siempre surge la
misma cuando se trata de reírse un rato entre anécdota y anécdota:
La Partida de Peter.
Madre mía, la Partida de Peter.
Peter era mi amigo. Una mezcla
entre Sheldon Cooper y Johnny Knoxville. Nos llevábamos bien, aunque teníamos
nuestras diferencias. Al final la vida nos llevó a cada uno por su lado, pero
es un chaval al que le guardo mucho cariño. Quizás en esta entrada le dé caña,
pero es desde el respeto y amor más absolutos. Era muy competitivo y en esto
del rol, pues también. Era de los de matar a todo lo que se moviese y robarles
para subir de nivel y comprar mejores armas. Era como el Diablo II, pero sin
gastar vatios, o voltios o valiums.
De hecho Peter detestaba tanto la
parte “rolera” del rol, que cuando había discursos o partes de interpretación,
se ponía a trolear a jugadores y al máster hasta lo ridículo. Hasta el punto de
reírse de la historia, de los pjs en los momentos más solemnes. Y si todo
fallaba, arrojar gomas de borrar MILAN NATA al rostro de sus compañeros. Tenía
recursos. Nosotros cruzábamos Miradas de
Estupefacción y jugábamos bastante incómodos, pero él era implacable, le daba
igual. Era un fáquer.
Recuerdo que una vez que le
quedaban unos diez puntos de experiencia para subir de nivel, se fue a una
biblioteca a matar gusanos de libro, que daban 1 punto de experiencia. Y cuando
mató diez; pretendía subir de nivel. Con las reglas en la mano. Qué constructiva
la experiencia, como componer “Stairway to Heaven” o invadir Polonia, px arriba
px abajo.
No sé cuál era su intención, si
se pensaba que nos gustaba jugar así, o que era gracioso, o sabía que nos
molestaba pero le daba igual. Se pasaba... Yo creo que antes que nada éramos
unos niños, y Peter es así y punto. Se lo pasaba bien así y sé que lo intentaba
y que se curró esa partida a su manera. Él es buena persona y para tomar unas
cervezas era de los mejores.
El caso es que le dejamos de
llamar. Todos. O a poner excusas para que no jugase. En complot. Pa revolver.
Esto no es algo de lo que esté orgulloso, pero el instinto de supervivencia te
convierte en una bestia despiadada.
Pero antes del fin, sucedió lo
insucedible. Peter se ponía el manto de Dungeon Master.
La juerga padre. La alegría de la
huerta. Barcos y putas. Esta partida y su contexto fue surrealista, ridícula y
genial beyond space and time.
En su día la odié. Hoy comprendo
y defiendo que una parte importante del rol en general pero sobre todo del
mazmorreo, es sentarte con tus colegas, beberte unas birras y comer ganchitos
mientras te descojonas de la miniatura que acaba de sacar el máster. Golem de
chicle, vaya mongoles.
Pero a día de hoy, puedo decir de
corazón, que la partida de Peter fue estupenda. Es la verdad. Era un sinsentido
lleno de paridas, sobredosis de px,
objetos mágicos e injusticias varias, pero éramos cinco chavales en un
desván, sin puta idea de jugar a rol, y la partida la dirigía Peter, el de los
gusanos de libro. ¿Qué podía salir mal?
Ahí estábamos todos, con nuestras
flamantes fichas pasadas a limpio, sobre las que Peter ya se había mofado por
lo poco tochos que eran algunos pjs, y es que para Peter un guerrero que no
tuviera fuerza y constitución 18 no valía para jugar. Recuerdo que alguien
propuso tirar las características cómo los machos (3d6 seis veces y al carallo)
y se descojonó. Que así no se podía jugar, hombre.
Aquí empieza lo HEAVY.
Mi ritual antes de comenzar a jugar en la partida de Peter.
Se había bajado de internet varios
personajes dignos de una serie de dibujos de los 90 que nos quería calzar. EL
AMO DEL CALABOZO, NOS DIO PODERES A TODOS. No los recuerdo muy bien, pero eran
salvajadas de personajes, de razas y clases raras que salían en la dragón y en
la dunjeón. Recuerdo uno, porque ese en concreto llegó a jugarse.
Jesús bendito la partida de
Peter.
Una especie de hombre dragón. Rojo y todo, con escamas y cabeza de Dragón, por supuesto. Con
fuerza 25, arma de aliento y muro de fuego X veces al día (sí, al mago le
pareció genial) que entregó orgulloso al inexpresivo Manel. Inexpresivo Manel, cuya participación en la
partida se reducía a “Hola. Le ataco. Dame patatas. Adiós”, era el campeón de
Peter.
Cuando todo salía mal y nuestros personajes tan asquerosos, medievales y
aburridos, sufrían en un combate; Peter decía: “Manel, ya sabes qué hacer” e
Inexpresivo Manel “Ah, sí. Arma de aliento” 3d6 de daño y Peter “Veis, su personaje
sí que mola” intercambiaban gestos de complicidad “Dame patatas” y nosotros
Miradas de Estupefacción II: Redemption.
Peter se rió por última vez de la
mierda de conjuros que tenía Toni el clérigo (Toni, te quiero y lo sabes allá
donde estés) y tras eructar o gesto grosero similar comenzó su homenaje a
entonces 26 años de AFICIÓN ROLERA.
“Estáis en un bosque caminando, llegáis a un valle amplio. Veis a lo
lejos un Castillo Negro y enfrente un Castillo Blanco”
Yo soy el DM y después de decir
esto, me levanto y me rompo la camiseta, para enfatizar. Si lo lees de la forma
adecuada hasta parece rap. Y lo mejor de todo es que esto fue verdad. ¿Escenario
de campaña? Pijadas ¿Mapa de la zona? Lujos innecesarios ¿Historial de los
personajes? Vanidad ¿Pero esto lo improvisó? Naaaada, esto está ensayado así
¿Sois subnormales? ¡Sí! ¿Pero y lo bien que lo pasamos? Estamos en un bosque
caminando, voy a romper el bar.
Y si tenías algún problema, te
podías ir a tu casa.
No, que no te dejaba.