¡Opaí chavalada! Pues eso, vuelve a llover, vuelvo a casa, cambio la
radiación solar por la radiación del monitor. Han sido unas cinco semanas de
ausencia, de reflexión, de exilio espiritual... y de comer como un bestia.
No sé qué pasa en verano, que parece que un instinto de
supervivencia primigenio atenaza a las gentes, "Comer, que luego vienen
los fríos y no hay na que echarse a la boca!" y venga paella, churrasco,
pizza, tapitas, cerveza, mariscada, cerveza, vino, cerveza.
Ah, y no os perdáis mi súper apoyo al rol local. Resulta
que un servidor se iba a presentar en las jornadas Ferroleando (organizadas por
Metrópolis Cómics) y dirigir una partidilla de la Marca del Este. Pretendía
jugar también a DCC con un compañero, y todo iba a ser una maravilla, iba a
conocer roleros locales de esos que dirigen partidas, íbamos a hablar de si
molan más los TS viejunos contra Rayo de Muerte, del juego de rol de
Cazafantasmas y de Car Wars.
Me iba a poner superguapo (quería causar buena impresión a
los frikis), pero nada. Al final tuve un encuentro aleatorio: Boda de Hija de
un Amigo de los Abuelos de mi Novia. Toma vida social.
Mis jornadas
Ferroleando 2014. Dramatización (son rusos).
Lo que es hacerse mayor y ver cómo lo que antes era normal
ahora es un lujo. Esto cobra especial significado cuando se habla de jugar a
rol o de cualquier cosa que implique coordinarte con tus amigos. Algunos se
mudan, a otros les deja de interesar, otros tienen familia, etc.
De tener un manual y jugar todos los días, pasas a
coleccionar manuales y a jugar una vez al mes. Y es que todo rolero compra
libros SABIENDO que no va a jugar a ese juego, pero se lee el manual veinte
veces. Y suspira por poder jugar.
Por eso me gustan los juegos sencillos y divertidos. Me
gusta currarme las partidas, con lo cual cuanto más trabajo me quite un juego
de rol de encima, mejor para mí. Si además de dibujar el mapa a mano de mi
sandbox, su demografía, sus mapas, personajes famosos… tengo que pelearme con
un sistema lento y farragoso, apaga y vámonos.
Por eso soy exigente y caprichoso con mis juegos de rol. De
un juego de rol me tiene que gustar TODO. Porque hay tantos y hay tan poco
tiempo para jugarlos que no voy a perder el tiempo con juegos que “bah, están
guay”. Por ejemplo, de Dragon Age me enamoró el sistema, pero me echaron para
atrás otras cosas que al final me hicieron dejarlo guardado.
Con algo así, básico, me conformo.
Siguiendo esta idea pues, conozco varios juegos que me
llaman mucho la atención, y que no sé si
llegaré a jugar alguna vez en mi vida. Lo digo porque en mi grupo el monopolio
de máster lo tengo yo, aunque ahora parece que se animan…
·
Hackmaster: No tengo
mucha idea de la salud que tiene este juego hoy en día, pero hay una voz en mi
cabeza que me dice que Hackmaster es un juegazo como la copa de un pino y que
me va a encantar. Hablo de la 5ª edición, de ese señor manual de auténtico
polipiel que me arranca suspiros y de su Hacklopedia de monstruos, ambos con
sus pedazo ilustraciones.
Lo que más
me gusta de Hackmaster es que siendo mazmorrero, no es un retroclón. Es más
bien una re-imaginación, una aproximación muy personal, a la idea de jugar a
explorar mazmorras, matar monstruos y conseguir tesoros. En esto me recuerda
mucho a DCC.
Y aquí está
un poco el problema ¿Va a ser una experiencia tan diferente como para gastarme
120 € en manuales y echarle más horas?
El otro
asunto que me asusta un poquillo de Hackmaster, es que parece ser muy completo
y denso en reglas. Parece de ese tipo de sistemas que busca el realismo y
detalle por encima de ritmo e improvisación, y yo soy de los últimos.
Porno para editores.
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La leyenda de los Cinco Anillos: Han sido muchas veces las que he ojeado este llamativo
manual de Edge en Metrópolis y al final… me voy sin él. Por puro pragmatismo. No
hay pasta ni tiempo.
Muy pocos
juegos exploran la ambientación oriental y L5A es el estandarte de todos ellos.
Y no sólo goza de una ambientación estupenda, si no que parece tener un
conjunto de reglas que respalda muy bien el tipo de historias que se pretenden
contar. Cuando eres practicante de artes marciales y te lees la sección de
combate, esbozas media sonrisa en más de una ocasión. Cuando practicas Aikido y
te sabes de memoria la etiqueta que hay que tener en un tatami, y por
extensión, en la vida, entiendes este juego.
No tengo
ninguna duda acerca de que este juego puede molar y merece la pena, pero sé que
si lo compro será de esos que pasan a coger polvo. Por la sencilla razón de que
tengo pendiente la campaña de DCC, la de Cthulhu, quiero hacer una de Aquelarre
y quizás después, probaría con L5A...
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Pendragon: He oído
tantas maravillas de este juego (las he leído todas en la Frikoteca) y su Gran
Campaña que cuando me diga ven, lo dejo todo. Jugar a ser caballeros de noble
cuna en la Inglaterra Artúrica, con sus búsquedas, sus amores, sus intrigas…
Joder, qué bonito. Además, sus reglas prometen un estilo sucio, duro, extremo y
medieval, ME-DIE-VAL. A veces pienso que podría jugar una campaña así pero en
Castilla usando Aquelarre, pero Pendragon parece ser único. ¡Lo quiero!
·
Ablaneda: Lo de este
señor, que no se dice este señor, se dice Rodrigo García Carmona, es
encomiable. Sus dos juegos me meten un hype en el cuerpo que no se qué. La
puerta de Ishtar es mejor juego de Conan que todos los juegos de rol de Conan
juntos. Pero Ablaneda, tan sencillo y directo como él, es de los últimos
lanzamientos que ha habido el que más me invita a jugar. Es lo bueno que tienen
los juegos con una historia muy concreta, pueden ser divertidísimos si te gusta
de que van.
La
ambientación de Ablaneda le da mil patadas a mucha de la ficción fantástica que
importamos de otros países.
Edit: Culpa mía, en su día pense que la autoría del juego era de Rodrigo. Hoy poseo una copia del manual, y no es así. Como bien apunta Juan en los comentarios, Rodrigo hace la labor de edición (que no es poca, el ojo que tiene este señor está haciendo que el catálogo de Other Selves sea cada vez más interesante) siendo el juego obra de Juan Carlos Dominguez. He de decir ya de paso, que la prosa de este caballero debería considerarse patrimonio cultural. Creo que Ablaneda está aún mejor escrito que la Marca del Este o Aquelarre, y eso es la repera. Mis disculpas, de todo se aprende.
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Wälkure: Como mola
meter aquí dos juegos patrios. Este juego es quizás el único juego de ciencia
ficción del que me apetece dirigir una partida, y es que nunca he sentido mucho
interés en jugar a Star Wars por ejemplo, llamadme raro. ¿Por qué Wälkure?
Estaciones Espaciales Nazis. Ya está. Your argument is invalid. La ambientación
de Wälkure es tan poderosa y sus posibilidades son tantas que se me cae la
baba.
¡Opaí!
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RuneQuest: Si, no he
jugado a RuneQuest. Mi gran asignatura pendiente. Siempre quise un juego con el
que poder hacer una partida de la edad Hiboria bestial, y resulta que esta maravilla
siempre estuvo ahí. Tras mucho chapar en la Frikoteca acerca de este buque
insignia del hobby, tengo claro que no es que haya cosas que molen en él, es
que debería jugar a él antes de morir, ya sea en Glorantha o donde haga falta.
Que más os voy a contar.
Y hasta aquí. Hay más seguro, incluyendo muchos juegos
hipsters y otros no tanto, pero yo creo que bastante tengo ya con lo mío. Un
beso corazones.