lunes, 3 de agosto de 2020

Red Dead Redemption 2 es aburrido y eso es genial


Opaí. Hace muchos años leí un artículo escrito por James Raggi, el polémico director de la editorial rolera “Lamentations of the Flame Princess” titulado “I hate fun”, o sea odio la diversión.

El artículo no dejaba de ser, entre otras cosas, una reflexión de Raggi sobre la calidad de nuestras formas de entretenimiento. Catalogando a muchas de ellas (con todo el cariño) de mierda. Mierda para matar el tiempo, que salvo escapar de tu vida, no te aportan nada más. A veces esto es más que suficiente sobretodo cuando escapar de tu vida un par de horas puede evitar que quieras escapar varias décadas bebiéndote un buen litro de lejía. Citando a Raggi: “Me gustan las pelis de godzilla (…) me gusta sentarme al ordenador horas y horas jugando al Civilization IV. (…) En lugar de haciendo y siendo, demasiado a menudo me veo simplemente buscando estímulo sensorial. (…) La misma idea de querer que te entretengan, es un ejercicio de autoanulación”Raggi dice que vamos, que quiere pasárselo bien pero sin caer en la apatía, quiere ejercer su ocio y no padecerlo. Quiere pasarlo bien, pero creando y aprendiendo.

A veces me replanteo si necesito Netflix, por varias cosas: Primero, vale pasta e internet está lleno de cosas gratis. Segundo, es un foco de “Fomo (Fear of missing out, ansiedad boba por perderse las cosas -¿COMO QUE NO HAS VISTO EL IRLANDES?”) y también apatía. Tercero, su propuesta de cantidad antes que calidad. “La serie es entretenida y punto”, “Es que hay mucho hipster, no todo tiene que ser Kafka”. Ok no, por dios. Se puede ser espectador de Sálvame y leer Proust. Respetar y entender estos contenidos "mierda" es necesario. Porque además se peca de etiquetar de contenido zafio y banal a muchas producciones que se presuponen dirigidas a un target femenino… Y después te pones a ver Avengers 2, maldito hijo de puta. En un podcast defendí la tarea titánica que es hacer Sálvame tarde tras tarde. Sálvame también es mierda, y Juego de Tronos es Falcon Crest con espadas, o sea mierda. Necesitamos mierda.

Mi mujer sin ir más lejos, se pone a veces cada tremendo cagallón en youtube y netflix… apabullantes. Como diría @soyunapringada “Es adicta al cringe”. Y yo la amo, señoría. Telefilmes chico conoce chica, la escena del vestido de boda, la escena de la tarta, el haul de la petarda, el housetour de la mamarracha… Y hace muy bien. Yo a veces también me pongo videos de Dross, que es peor que todo eso junto. El caso es que mi mujer, en su trabajo, se ha ido seis meses a navegar por el ancho mundo alejada de todo, ha visto morir a un compañero de malaria y ha estado una semana sin dormir capeando una tormenta antes de atracar en las Azores. A lo mejor 1917 o Cowspiracy no es lo que más le apetece, creo. Necesitamos mierda.

El problema a veces, es elevar esta mierda (desde la ignorancia) a categoría de ser la panacea. Esta gente que se da golpes en el pecho alardeando de tener cátedra en Jersey Shore y orgullosa dice que es tan bueno como ver “Cosmos” de Carl Sagan. Noticia: No lo es. Puedes disfrutar de Jersey Shore y partirte el culo, pero es un programa machista y violento que frivoliza con las peores lacras de la sociedad. Una preadolescente que vea Jersey Shore y lea Superpop puede tener un problema si su educación no le permite consumir esos contenidos sin la perspectiva de saber que son, efectivamente, mierda. El riesgo de ver Cosmos es que esa preadolescente acabe siendo la primera en pisar Marte.

Entiendo que esto de revindicar "basura" es un movimiento reaccionario al hipsterismo más asqueante, al snob y al cuñado, entiendo que es un #FUCKALTOZANOS. Pero si me cambiáis a un Altozano por un tronista, tampoco me estáis haciendo un favor. Ok, escucha reggaetón y taburete. Pero no pretendas luego ponerte al mismo nivel que la técnico de sonido del pub que tiene más vinilos de punk-garage en una caja que tú playlists en el spotify. La chica de los vinilos rinde culto al dios de la música, pasando findes enteros rebuscando en ferias. Esa afición es suya, le pertenece. Hay recursos y lecciones interesantes en el reggaeton sí, pero un amplio porcentaje del target de esa música no diferencian un temazo genuino de un "tu-patu,tupá-patu,tupá" con cuatro palabrotas por encima.

Con los años, me pasa un poco como a Raggi, quiero algo más que mierda. Valoro el tiempo. Para mí un día para poder hacer lo que me de absolutamente la real gana es im-pa-ga-ble. Total, que cada vez me cuesta más emocionarme o sorprenderme. No me da miedo probar cosas nuevas, al contrario, me encanta que me vuelen la cabeza. Pero también es cierto que tengo claro lo que me hace tilín y no tengo necesidad de exponerme a experiencias que son un siete raspao a ver que pasa.

Quiero dieces. Para meterme en series de capitulazos de hora y pico, para comprarme libros de rol de 60 pavos y jugar videojuegos con presupuestos de ejército privado; o bien cada minuto dedicado a dicha experiencia me tiene como un niño en la mañana de reyes abriendo la Supernintendo, o no gasto ni un euro ni un minuto.

Así llevo un año o más jugando al western de Rockstar, Red Dead Redemption 2. Un juego que además de divertirme a unas cotas delirantes, me está enseñando un montón de cosas. Si en GTA mola dispararle con un bazoka a una vieja, en RDR2 me cuesta cazar con mi rifle a ese precioso berrendo que curiosea en el riachuelo, aunque mi campamento necesite comida… Si GTA te enseña que puedes ser un putero y un torturador que todo es un chiste y sale guay, Red Dead te demuestra con dolor que todo tiene sus consecuencias.

Es una rara avis, porque siendo casi un cuádruple A, es un juego totalmente de nicho. Es gastarse la millonada en hacer un blockbuster que ojo, señores accionistas, pueda no gustar. El RDR2 le vacía el tambor de un Colt a la señora de cuenca y al que se compra la “plei” para jugar al “fornai”. Es lento. Es muy lento. Es contemplativo, duro e indigesto… sin entrar en espoilers, es un juego que en ningún momento dice “EY CHAVALES MIRAD TETAS Y COCHES”. RDR2 te dice “Pulsa X para abrir el cajón. Pulsa X, otra vez, para coger la cecina. Cecina que, por cierto, deberías comerte ya que estás en la montaña y hace frío. Puedes buscar dicha cecina entre tus pertrechos.”

Es fácil decir que esto es porque Red Dead es un western y por ende, tiene otros ritmos y otro lenguaje que GTA. Que en uno vas en caballo con tus prismáticos y en el otro tienes smartphone y puedes pilotar cazas. Pero va mucho más allá. El Red Dead Redemption original de 2010, sí se sentía como efectivamente… un GTA IV en el oeste. Era largo y para perderse, pero tenía ritmo, iba más al grano, era “abarcable”. Echando la vista atrás, era como una promesa de esta segunda parte, que si bien es cierto que arrastra algún recurso de diseño de la década pasada, también lo es que últimamente ha salido mucho Survival y Walk Simulator… Y Rockstar ha tomado buena nota. Ya me imagino un Red Dead 3 con mecánicas del Death Stranding.

Quede claro que el juego ha sido aplaudido y elevado al olimpo del medio con su 97 de media en metacritic, pero el caso es que mucha gente, incluídas personas que admiro de la industria del videojuego, han tachado a Red Dead Redemption 2 directamente de (OH NO) aburrido. Que si no tiene ritmo, que si está sobrevalorada la duración de los juegos, que si calidad y cantidad. RDR2 es así. Te lo da TODO, y le importa un carajo que te aburras, porque no es mierda ni de lejos. No es porno cutre y siliconado directo a tu lóbulo frontal. Es una persona de verdad, que requiere que seas observador, concienzudo y paciente. Y esta lentitud, no se siente impostada, parece lógica y natural, y no hay vuelta atrás. Estamos rodeados de juegos alargados artificialmente, pero en RDR2 se sentiría raro que nunca tuvieses que cortar leña para tus compañeros en el campamento, recoger tu sombrero después de una pelea o limpiar tu revolver antes de una misión, por si acaso.

Recientemente he visto bastante gameplay de Ghost of Tsushima. En un momento el samurai cabalga por encima de un junco que brilla para que sea fácil de ver, y con un sonidito sin animación ni nada (De la misma manera que Mario cogía monedas vamos) los juncos desaparecen y un texto indica que has recolectado esas plantas… Esto me cae como un jarro de agua fría. ¿Por qué en un juego sobre el viaje de un samurai, si este samurai necesita recoger plantas, las mismas se cogen sin la más mínima ceremonia? Ritmo, supongo. Bajarse del caballo para recoger plantas una a una no es DIVERTIDO. Pero en el Red Dead, cuando veo unas zanahorias (que se identificar por sus flores blancas y pequeñas), me bajo del caballo y las recojo una a una porque es importante: Le encantan a Perdita, mi preciosa appaloosa, mi compañera de viaje.

Llevo jugándolo un año y llevo el 54%. Me estoy regodeando de semejante manera que no os lo podéis imaginar. ¿Que el juego es lento? Pues yo desactivo el minimapa y voy andando con el caballo, ANDANDO, leyendo las señales de los cruces para orientarme. Saludo a un cazador. Arthur se pone a cantar, veo que va a llover así que me acerco a esa cabaña. Por desgracia no está abandonada, su dueño me apunta con un rifle. Me estoy mojando, hace frío maldita sea… Pero ese viejo es de los que no repite las cosas. Le pido disculpas y busco un lugar donde acampar.

Mi mujer me dice que ya llevo dos horas jugando, que luego me quejo de que no hice deporte o no escribí. “Imposible, si no he hecho nada…” le espeto, “Habré echado media hora larga, como mucho”. Efectivamente, empecé a jugar a las 8 después de los aplausos, y ahora pasan de las 10. “No es culpa mía que lleves dos horas intentado pescar un salmón legendario”. No pasa nada, tengo tiempo, mañana ese cabrón será mío y cuando lo tenga en mis manos, pienso agradecerle todo esto personalmente y devolverlo al agua.


pd. Esto lo postee en otro blog pero como allí no va nadie y hay que reciclar, pues aqui queda. Me acabo de pillar el Old School Essentials y estoy enfrascado con él, preparando una campaña.